Para saltar de una aeronave cada paracaidista lleva dos paracaídas: uno principal y uno de reserva que se encuentra dentro de uno o dos contenedores cosidos a un arnés. Los contenedores pueden ubicarse en la espalda, en el pecho, también se pueden poner tipo asiento o sobre el regazo. Adicionalmente los paracaídas pueden usar un sistema de apertura automática de emergencia, el cual se ha hecho de uso obligatorio en casi todas las zonas de saltos del mundo.
Se recomienda el uso de gafas y altímetro. Si el paracaidista lo requiere, puede usar casco, braga o traje, guantes, zapatos o botas y máscara conectada a cilindros con oxígeno (para saltos a grandes alturas).
Los paracaídas redondos tienen una navegación parcial o nula, ya que sólo se usan para transportar personas u objetos a destino. En el caso de los paracaídas rectangulares presurizados, una vez abiertos, el practicante puede controlar la dirección y la ruta de caída con los conductores. Dichos paracaídas funcionan igual que el ala de un avión, pero pueden planear en descenso.